Inquietud / Ansiedad

Por distintas razones, de pequeños aprendimos que sentir determinadas emociones era peligroso para nosotros, por lo que construimos mecanismos que nos protegieran de tales peligros. De ésta manera, de adultos, cuando nuestro cuerpo siente que una emoción nos va a desbordar, nos podemos sentir ansiosos o inquietos.

Debajo de éstas sensaciones nos encontramos con un miedo muy grande, desproporcionado y desajustado con la realidad. Este miedo tiene que ver con la anticipación de las consecuencias negativas que imaginamos que puede tener sentir una situación o emoción concreta. Son anticipaciones o fantasías catastróficas, en las que nos sentimos incapaces de hacer frente a la situación.

Desde la Terapia Gestalt exploramos estos miedos, sin la intención de apartar la inquietud, sino de ayudar a solucionar el problema que la está causando. Suprimir el síntoma, sin tener en cuenta su origen, sería como taponar el caño de la olla a presión, con las posibles consecuencias que esto podría llegar a provocar.

Según Perls, padre de la Terapia Gestáltica, nos sentimos ansiosos cuando  no estamos experimentando lo que le pasa aquí y ahora, sino que estamos «en la cabeza» imaginando lo que puede llegar a pasar más adelante.