
¿Y si estás bajo los efectos de la “Reactancia Psicológica” y no lo sabes?
La reactancia psicológica es un fenómeno que describe cómo las personas responden cuando sienten que su libertad está siendo amenazada. En lugar de simplemente aceptar una restricción, muchas veces las personas experimentan una fuerte motivación para recuperar esa libertad, a menudo comportándose de manera opuesta a lo que se les pide o espera.
Este concepto, desarrollado por el psicólogo Jack Brehm en 1966, sigue siendo relevante en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana, desde cómo reaccionamos ante normas sociales hasta cómo manejamos nuestra propia voz interior.
La Reactancia Psicológica en Nuestro Diálogo Interno
A veces, la reactancia no viene de una fuente externa, sino que se origina dentro de nosotros mismos. Todos hemos experimentado esa voz interior que nos dicta lo que «deberíamos» hacer, a menudo sin considerar nuestras necesidades reales o emociones actuales. Esta autoimposición puede generar una lucha interna que nos lleva a resistir nuestras propias demandas, un claro ejemplo de reactancia psicológica.
En mi experiencia personal, he sido “víctima” de mi propia voz interior, exigiéndome hacer cosas sin tener en cuenta lo que realmente necesitaba. Este diálogo interno ignoraba cómo me sentía o qué necesitaba en realidad, enfocándose solo en lo que «debería» hacer. Esta tensión entre lo que necesitaba y lo que me obligaba a hacer resultaba en una resistencia interna que me alejaba de mis verdaderas necesidades.
Este tipo de reactancia puede manifestarse de varias maneras. Por ejemplo, podemos posponer tareas importantes, experimentar un conflicto interno o incluso autosabotearnos. La lucha entre nuestras verdaderas necesidades y las expectativas que nos imponemos puede ser una fuente de estrés y frustración.
La Reactancia Psicológica en Relaciones Interpersonales
La reactancia psicológica también juega un papel crucial en nuestras interacciones con otras personas, especialmente cuando sentimos que alguien intenta controlar o limitar nuestras acciones. Esto puede ocurrir en diversas relaciones, como entre padres e hijos, empleadores y empleados, o en parejas.
Cuando era joven, recuerdo cómo reaccionaba cuando alguna figura de autoridad, como un profesor o un padre, me obligaba o empujaba a hacer algo que no quería. Esta imposición despertaba en mí una fuerte necesidad de resistir, incluso si la acción en sí misma no era negativa. Este tipo de reactancia puede generar conflictos y afectar negativamente las relaciones, ya que la persona se siente forzada y, por lo tanto, busca recuperar su autonomía de manera obstinada.
En relaciones de pareja, la reactancia psicológica puede manifestarse cuando uno de los miembros se siente presionado o controlado. Por ejemplo, si una pareja insiste en que la otra persona cambie algún aspecto de su comportamiento, la reacción instintiva puede ser resistirse a ese cambio, incluso si es algo beneficioso. Esta dinámica puede crear tensiones innecesarias y deteriorar la relación si no se maneja con cuidado.
Ejemplos de Reactancia Psicológica
Para comprender mejor cómo se manifiesta la reactancia psicológica en la vida diaria, es útil explorar ejemplos concretos, tanto en nuestro diálogo interno como en nuestras relaciones de pareja.
Ejemplo 1: Reactancia Psicológica con Uno Mismo
Imagina que has decidido mejorar tu salud física y mental, estableciendo una rutina diaria que incluye hacer ejercicio y meditar cada mañana. Sin embargo, una mañana te despiertas agotado, y tu cuerpo claramente necesita descansar. En lugar de escuchar esas señales, te fuerzas a levantarte porque te dices a ti mismo: «Debería hacer ejercicio, es lo que toca». Aquí es donde la reactancia psicológica entra en juego. Esa presión interna puede generar una resistencia: te encuentras postergando el ejercicio, sintiendo frustración o incluso saltándote la rutina, precisamente porque te sientes forzado, aunque la imposición venga de ti mismo.
Este es un claro ejemplo de cómo la reactancia psicológica puede ser autoimpuesta, creando un conflicto entre lo que creemos que «debemos» hacer y lo que realmente necesitamos. La clave para manejar esta situación es aprender a equilibrar nuestras expectativas con nuestras necesidades reales, evitando la autoimposición rígida que puede llevar a la resistencia.
Ejemplo 2: Reactancia Psicológica en la Pareja
Supongamos que en una relación de pareja, uno de los miembros empieza a insistir en que el otro cambie su forma de vestir porque cree que sería más atractivo para los demás. Aunque el cambio propuesto puede tener buenas intenciones, la persona que recibe la sugerencia puede sentir que su autonomía está siendo amenazada. La reacción puede ser negarse a cambiar e incluso empezar a vestir de una manera aún más contraria a lo que su pareja sugiere. Este es un típico caso de reactancia psicológica:
La percepción de una amenaza a la libertad personal desencadena una reacción contraria.
En este tipo de situaciones, es importante que ambas partes reconozcan la influencia de la reactancia psicológica. La comunicación abierta y el respeto por la autonomía del otro son esenciales para evitar que la reactancia deteriore la relación. En lugar de imponer cambios, es más efectivo discutir las preocupaciones y deseos de manera que ambos se sientan escuchados y respetados.
Cómo Manejar la Reactancia Psicológica
Comprender la reactancia psicológica es el primer paso para manejarla de manera efectiva, tanto en nuestro diálogo interno como en nuestras relaciones con los demás. Reconocer cuándo estamos experimentando esta resistencia interna nos permite abordar la situación de manera más consciente.
En lo que respecta a la autoimposición, es crucial aprender a escucharnos y a priorizar nuestras necesidades reales por encima de lo que creemos que «deberíamos» hacer. Practicar la autocompasión y permitirse ser flexible puede reducir la tensión interna y disminuir la reactancia.
En relaciones interpersonales, la clave es la comunicación abierta y el respeto mutuo. Es importante expresar nuestras necesidades y límites de manera asertiva, pero también estar dispuestos a escuchar y considerar las perspectivas de los demás. Evitar imponer demandas o intentar controlar a la otra persona puede reducir la probabilidad de que se desencadene la reactancia, promoviendo así relaciones más saludables y equilibradas.
Conclusión
La reactancia psicológica es un aspecto fascinante de la naturaleza humana que afecta tanto nuestra relación con nosotros mismos como con los demás. Ya sea a través de nuestro diálogo interno o en nuestras interacciones con figuras de autoridad y parejas, es un fenómeno que puede desencadenar resistencia y conflicto. Sin embargo, al comprender y reconocer esta dinámica, podemos tomar medidas para gestionarla de manera más efectiva, promoviendo una mayor armonía tanto interna como en nuestras relaciones.
Referencias Bibliográficas
- Miron, A. M., & Brehm, J. W. (2006). Reactance Theory – 40 Years Later. Zeitschrift für Sozialpsychologie, 37(1), 9-18. Enlace al artículo (APA PsycNet).
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- Dillard, J. P., & Shen, L. (2005). On the Nature of Reactance and Its Role in Persuasive Health Communication. Communication Monographs, 72(2), 144-168. Enlace al artículo (Taylor & Francis Online).
- Rains, S. A. (2013). The Nature of Psychological Reactance Revisited: A Meta-Analytic Review. Human Communication Research, 39(1), 47-73. Enlace al artículo (Oxford Academic).
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